Con mi separación yo pasaba más tiempo en el ordenador, y poco a poco volvimos a retomar el contacto.
Cuando me fui a vivir sola nos pasábamos muchísimas noches hasta las mil hablando por el messenger. También nos dimos el número de teléfono.
Poco a poco nuestras conversaciones fueron subiendo de tono, como era normal por otra parte, y a los dos nos empezó a picar la curiosidad por conocernos físicamente.
Me armé de valor y en mayo del año pasado (hace un año) decidí ir a conocerle. Tenía cuatro días libres en el curro y coincidía con un concierto de Sergio Dalma en Barcelona (no os riáis por favor, que llevo enamorada de Sergio 20 años), así que se lo comenté, me dijo que le parecía genial aunque le daba un poco de miedo pero que le apetecía mucho.
A primero de mayo empecé a notarle más distante y no me decía por qué, hasta que un buen día me lo soltó. Se había liado con su vecina de abajo y estaban mas o menos juntos, y claro ya no le parecía bien que yo fuera, además justo para esos días que yo iba a ir su vecina le regaló un crucero por las islas griegas.
Así que me quedé aquí, sin conocerle y con la entrada para el concierto para ponerla en un marquito.
A la vuelta de su viaje nuestras conversaciones cada vez eran más cortas y menos intensas, sentía que algo había cambiado, me imaginaba que era por su relación con su vecina, hasta que un día me soltó el bombazo "IBA A SER PADRE".
Se fue a vivir con ella, y todo cambió. Ahora era él el que no se conectaba, no llamaba, no contestaba mail, así que otra vez nos distanciamos.
Nos pasamos el verano sin apenas tener contacto. Una llamada de vez en cuando para ver como iba todo, alguna conversación sin trascendencia, y poco más.
Pero en septiembre otra vez todo cambió.
Tienes razón Wen, tu también podrías haberme "destripado" la historia, aunque creo que esto también es nuevo para ti.
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